Porque el camino que elijamos, será un pequeño juego, un juego de dos, en el que siempre te tendré a mi lado para elegir la jugada correcta, para parar y reaccionar sobre lo bueno y lo malo que puede suceder.
Porque cuando estemos allí, en el final del laberinto, de ese juego, pensaremos que se acabó, que el camino equivocado llegó a su final, que podremos bailar hasta el apagón, nadie nos lo impedirá.
TLA;
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